La cuestión es tan intrascendente que la verdad, a algunos divierte por una arrogancia sin utilidad y a otros aburre por una puesta en escena que tantas veces se vió.
En medio, desde los 70 la Actc recibió la delega del Aca para fiscalizar, producto de la clásica poca voluntad de trabajar que ha simbolizado la historia de una burocracia pesada, figurona, egocéntrica e inútil.
Esa condición parece haber sido el estigma de tantos años en poder del deporte motor argentino, sin que merecieran de alguna manera semejante misión.
Sin ir más lejos, el año pasado ratificaron su poder logrando que el TN pasara junto al Turismo Pista al seno de la Actc.
Ahora vuelven a amenazar por la creación del RallySprint Latam señalando -aunque en rigor de verdad a nadie le interese- que tal categoría no conlleva la aprobación por parte de la Cda/Aca/Fia.
Parece obtuso no entender que la mínima dosis de poder y representatividad en la actividad deportiva automovilística, no se consagra solo con un comunicado. Hacía falta trabajo que no hicieron pero que cobraron sobremanera a todos los componentes del espacio automovilístico, sin darles absolutamente nada.
Por lo tanto, nuevamente el automovilismo nacional se encuentra ante una encrucijada con rostro de drama teatral y carcajada de tribuna motivada.
Un verdadero vodevil….
M.G.
Rallynoticias.com